CÁTEDRA MENOPAUSIA

Ser madre a partir de los 40: perimenopausia y fertilidad

La perimenopausia es el período que rodea a la menopausia, marcada por la fecha en la que existe una desaparición de la menstruación durante 12 meses.

Es variable en cada mujer, y dado que la media de edad en la que aparece la menopausia son los 50 años, la perimenopausia puede comenzar en la década de los 40 años.

Es decir, para los médicos una mujer ha llegado a la etapa de la menopausia cuándo no tiene la regla durante 12 meses, pero ya desde años antes, ocurren cambios que preceden al final del ciclo ovárico. Y estos cambios dan lugar a síntomas variados, tanto físicos como emocionales.

Esta etapa marca una transición crucial en la vida reproductiva de la mujer y uno de los aspectos más destacados de la perimenopausia es el cambio en sus posibilidades de ser madre. 

La fertilidad femenina es un tema que preocupa a muchas mujeres, especialmente a medida que pasan los años. A partir de los 40 años, la fertilidad experimenta un declive significativo debido a una serie de cambios biológicos que afectan al proceso reproductivo de la mujer.

El número de óvulos disponibles al inicio del ciclo disminuye, el funcionamiento de esos óvulos al ser fecundados cambia, el desarrollo embrionario se enlentece y aparecen más alteraciones cromosómicas que impiden el embarazo evolutivo. Esto hace que el riesgo de aborto espontáneo sea mayor que en edades más jóvenes y que el embarazo tarde en llegar de manera fácil. Por todo esto las posibilidades de que el test de embarazo sea positivo bajan y aumenta el riesgo de complicaciones.

Durante la perimenopausia, los ciclos se vuelven irregulares, cambia el patrón de sangrado y son más frecuentes los ciclos cortos (menos de 25 días entre período y período). El patrón hormonal cambia con respecto a décadas anteriores y la mujer nota cambios que no siempre corelaciona con esta etapa vital característica.

Es importante que las mujeres que buscan embarazo a partir de los 40 años comprendan estos cambios. Sabemos que el tiempo es un factor crucial y que la fertilidad disminuye con la edad, pero aún con técnicas de reproducción asistida podemos optimizar cada ciclo y conseguir más de un óvulo al mes con capacidad de ser fecundado.

Teniendo todo esto en cuenta, el enfoque terapéutico cuándo una mujer de más de 40 años quiere quedar embarazada es utilizar todos los medios disponibles a nuestro alcance para poder llegar al bebé sano cuánto antes.

Se utiliza en prácticamente todos los casos la fecundación in vitro o FIV, es un procedimiento en el que los óvulos se extraen de los ovarios y se fecundan en el laboratorio con espermatozoides. Los embriones resultantes se transfieren luego al útero de la mujer con la esperanza de lograr un embarazo. Aunque la FIV puede ser una opción efectiva para las mujeres mayores que desean concebir, se recomienda además utilizar una técnica de diagnóstico genético preimplantatorio para disminuir la tasa de abortos espontáneos.

Además de la FIV, otras opciones de tratamiento para la infertilidad después de los 40 años pueden incluir la ovodonación, en la que se utilizan óvulos de una donante joven, o la adopción de embriones. Estas opciones pueden proporcionar a las mujeres mayores la oportunidad de conseguir el embarazo.

Cada mujer es única, y por eso es necesario valorar sus características, si tiene hijos previos, cómo es su ciclo hormonal, de cuántos óvulos podemos disponer en cada ciclo o cómo está su pareja. Es imprescindible una valoración integral de la pareja por el especialista en medicina reproductiva para trazar una ruta que nos lleve al embarazo evolutivo deseado y que nos pueda ayudar a predecir el éxito de cada tratamiento en cada caso concreto.

Además de los cambios en la fertilidad, la perimenopausia también puede estar acompañada de una serie de síntomas, que van desde sofocos y sudores nocturnos hasta cambios en el estado de ánimo y problemas para dormir. Si bien estos síntomas pueden ser incómodos, existen opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a aliviar el malestar. 

Por todo esto es fundamental que las mujeres que experimentan la perimenopausia se mantengan en contacto con su médico para recibir el apoyo y la orientación adecuados. Un médico puede ayudar a controlar los síntomas incómodos como el insomnio, alteración del humor, cansancio, sofocos, niebla mental… y ofrecer opciones de tratamiento que se adapten a las necesidades individuales de cada mujer. Además, es importante llevar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada, ejercicio regular y manejo del estrés, para ayudar a mitigar los síntomas y promover el bienestar durante este período de transición. 

En conclusión, la fertilidad después de los 40 años disminuye debido a una combinación de factores, incluida la disminución de la reserva ovárica, la calidad reducida de los óvulos y la disminución de la función de los ovarios. Aunque aún es posible concebir después de esta edad, las tasas de éxito son más bajas y muchas mujeres necesitan recurrir a técnicas de reproducción asistida para lograr el embarazo. Por todo esto es importante que las mujeres comprendan sus opciones y consideren sus objetivos reproductivos en función de su edad y salud individual.

Dra. Ana Gaitero

Ginecóloga especialista en Medicina Reproductiva

Directora Médica HM Fertility Center

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