El cartílago hace que el contacto entre los huesos durante el movimiento sea suave y el roce pequeño. Además, al ser elástico, absorbe los golpes que sufre la articulación sin que los huesos se vean afectados.
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones, caracterizada por el desgaste del cartílago y del hueso adyacente. Se origina por una anormalidad de las células que sintetizan los componentes de dicho cartílago. Así, se produce un desequilibrio entre los mecanismos de regeneración y desgaste del mismo, que finalmente se vuelve más delgado y se agrieta en su superficie, y que puede incluso llegar a desaparecer. A medida que el cartílago se deteriora, los extremos de los huesos comienzan a contactar directamente, originando el dolor. Además, el hueso reacciona y crece en exceso por los lados, produciendo la deformación de la articulación.
La artrosis puede aparecer en cualquier articulación del organismo pero principalmente afecta a las de los dedos de las manos, las rodillas, las caderas y la columna cervical y lumbar.
¿Por qué se produce?
Las causas de la artrosis son múltiples y podemos hablar de ciertos factores de riesgo que están estrechamente ligados a su desarrollo:
- Envejecimiento: el desgaste de las articulaciones, usadas durante años, unido a una menor capacidad de recuperación de los tejidos al aumentar la edad.
- Obesidad: predispone a la artrosis en las rodillas y caderas, ya que el sobrepeso acaba desgastando el cartílago articular.
- Herencia: en ciertos casos, como la artrosis de las articulaciones de las manos, existe una predisposición familiar, principalmente entre las mujeres.
- Inestabilidad articular: cuando la forma de la articulación no es la normal (las piernas están torcidas o una pierna es más larga que la otra), se produce un mayor desgaste en toda la articulación o en la parte que soporta más peso.
- Sobrecarga por el uso: produce el desarrollo de artrosis temprana, como el hombro en jugadores de balonmano, rodillas en futbolistas y corredores profesionales, etc.
- Traumatismos repetidos: fracturas, golpes importantes o inflamaciones en una articulación, que hacen que la recuperación nunca sea completa y el cartílago tenga predisposición a alterarse más pronto.
- El uso de zapatos de tacón muy alto en las mujeres: hacen que la mecánica del pie no funcione adecuadamente, provocando que se lastime no sólo el pie, sino también el tobillo, la rodilla e incluso la cadera.
¿A quién afecta?
Aunque también puede aparecer en jóvenes como consecuencia de los factores indicados anteriormente, la artrosis se inicia, en general, a partir de los 40 o 45 años. A partir de los 50 años de edad, la artrosis se detecta en más mujeres que hombres. Así, el 13,3% de mujeres de estas edades sufre artrosis de rodilla, frente al 5,5% de hombres. Los factores hormonales en la mujer, en concreto la disminución de estrógenos en la postmenopausia, son un factor de riesgo añadido frente a los hombres.
Sus síntomas
Al llegar a los 40 años, muchas personas presentan signos de artrosis en las radiografías, pero relativamente pocos presentan síntomas.
El principal síntoma de la artrosis es el dolor, que en un primer estadio está asociado al movimiento y al esfuerzo al que se somete la articulación, pero que cesa con el reposo. El movimiento también suele causar chasquidos. Posteriormente, los periodos de dolor se van dilatando y haciendo más continuos, hasta que son casi constantes, incluso en reposo y por la noche. Como consecuencia, se intenta no utilizar la articulación que provoca el dolor y esta inmovilización provoca que los músculos que rodean la articulación se atrofien. Otro síntoma es la rigidez, que puede causar incapacidad temporal y hasta permanente.
Prevención
Aunque hay factores de riesgo sobre los que no se puede intervenir, como la edad, ser mujer o los antecedentes familiares, sí existen medidas para prevenir la enfermedad y que se deben mantener durante toda la vida. Así, una medida de prevención es evitar la obesidad, mediante una dieta sana y equilibrada y realizando ejercicio físico moderado (acorde con la edad y el estado físico de la persona). También es importante usar mobiliario ergonómico, llevar calzado apropiado y cómodo y limitar los esfuerzos físicos intensos, tales como cargar objetos pesados, o desempeñar actividades laborales que exijan esfuerzo físico intenso.
Si ya se padece la enfermedad, se deben evitar los movimientos que causan dolor, utilizando otras articulaciones o limitando el uso de las enfermas. Sin embargo, esto no quiere decir que se deba tender a la inmovilidad. Hacer ejercicio con las articulaciones enfermas es fundamental, tanto para fortalecer la musculatura como para mantener la movilidad. Deberá ser un ejercicio suave y que no cause dolor.
Tratamientos
La artrosis es una enfermedad que hasta el momento no tiene cura, pero con un buen tratamiento se pueden obtener grandes beneficios, permitiendo a los pacientes llevar una vida prácticamente normal.
- Tratamientos no farmacológicos: la rehabilitación de la articulación dañada mediante fisioterapia, completada cuando sea necesario con electroterapia y/o termoterapia.
- Tratamientos farmacológicos: hay dos categorías de tratamientos: aquellos que alivian los síntomas (analgésicos, antiinflamatorios e infiltración intraarticular de corticoides) y los que modifican la estructura, con un efecto sobre la progresión de los cambios degenerativos en la artrosis, como el sulfato de glucosalina y el condroitín sulfato, que estimulan la síntesis de matriz extracelular del cartílago y parece que ejercen un control moderado sobre el dolor.
- Cirugía: personas que padezcan una artrosis severa, con un dolor que no responda a las terapias disponibles y que han experimentado limitaciones importantes de sus actividades diarias, pueden verse obligadas a someterse a una cirugía reparadora o de reemplazo (prótesis articulares) para suprimir el dolor y restaurar la función articular.
Recuerda que es muy importante que cumplas con el tratamiento prescrito por tu médico y que tomes conciencia de la enfermedad, en el caso de que aparezca.
Dr. Santiago Palacios
Fundador y Director de la Clínica Palacios y ginecólogo experto en menopausia
Director de la Cátedra de Climaterio y Menopausia de Fundación HM Hospitales
Presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas
Miembro del consejo de la International Menopause Society (IMS)